El ojo izquierdo de Filomena

Autor: José de Uña Zugasti (PEPE DE UÑA) (Del libro Cuentos de andar por casa)

 

Filomena

Nunca llegué a saber si el ojo izquierdo de Filomena tenía tan tremenda desviación por su ser natural, o era a causa de forzarlo para ampliar el campo de visión sin necesidad de girar la cabeza; costumbre ésta que practicaba a diario, y gracias a la cual podía atender a pucheros, cacerolas y cazos en el fuego de la hornilla, y a la vez, estar atenta a cuanto a su espalda estuviera ocurriendo. Para mí tenía que, con aquel ojo, Filomena podía llegar a ver cosas que ningún otro mortal alcanzábamos a percibir. Solo así podía explicarme que, cuando lo sentía clavado en mí, de soslayo, un temblor frío, nacido tras el estómago, me recorriera todo el cuerpo al estar convencido de que conocía los mecanismos de gestación de mi próxima trastada. Me será imposible olvidar la tarde en la que Filomena estaba en la piconera recogiendo cisco para darle el último espabilón a los braseros.


Mi hermano Juan, el niño, y yo, estábamos en la cocina, al cuidado de Petrilla. En el fogón había comenzado a hervir el agua para los calentadores de las camas. Cada tarde, Filomena ponía una olla al fuego para tal menester. Desde la cuadra, llegó la voz angustiada de Filomena, advirtiendo: “¡Retira al niño del fogón!”. Apenas Petrilla cogió a mi hermano y lo retiró de las inmediaciones del fuego, la olla, puesta en el centro de la boca llameante, empezó a deslizarse hacia el borde y cayó al suelo. Perplejo, yo vi como la gran olla de hierro se movía, impulsada por una fuerza nacida en su hirviente interior.

Petrilla

El revuelo posterior, los aspavientos de mi madre y sus quejas a mi padre, fueron calmados por su serena mente racional, propias del equitativo cristiano viejo, que como zamorano, era.
No dudé nunca de que aquel hecho, aún por suceder, pero certero, Filomena lo vio, anticipadametne, con su ojo izquierdo.
Fue mi abuela Agustina, una tarde de lluvia y brasero, no recuerdo a santo de qué, quien me aseguró:
–El ojo izquierdo, es el ojo del Diablo.

 

 

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Ilustraciones: Quintín García Muñoz

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