LA GRAN INVOCACIÓN Narraciones Fantásticas El aprendiz de mago (11) |
Desde el punto de Luz en La Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder,
restablezcan el Plan en la Tierra.
Mantran de Unificación
Los hijos de los hombres son uno
y nostros somos uno con ellos
Tratamos de amar
y no odiar
Tratamos de servir
y no exigir servicio.
Tratamos de curar y no herir
Que el dolor traiga la debida recompensa
de luz y de amor
Que el alma controle la forma externa
la vida y todos los acontecimientos
y traiga a la luz el amor
que subyade en todo cuanto ocurre en esta época
Que venga la visión y la percepción internas
Que el porvenir quede revelado
Que sea demostrada la unión interna
que cesen las divisiones externas
que prevelezca el amor
que todos los hombre amen.
Extraído del libro El Discipulado en la Nueva Era. Tomo II
Alice A. Bailey-Maestro Tibetano
(El mantram original es
Los hijos de los hombres son uno y yo soy uno con ellos
Trato de amar y no odiar
Trato de servir y no exigir servicio
Trato
de curar y no herir
Aquí se ha modificado, pues el autor ya no se considera
como un ser aislado en el Universo. Como se dice Todo está en Todo,
de ahí haber sustituido el singular yo, por el plural nosotros)
(Nota del aprendiz de mago)
Tal y como dice el Maestro Tibetano, no se puede recitar La Gran Invocación durante mucho tiempo y no experimentar profundos cambios. Así pues, La Gran Invocación se puede considerar como una herramienta de trabajo de grandes y profundas implicaciones en la mente del mago. Lo mismo ocurre con el Mantram de la Unificación. Con el tiempo, si ello es oportuno, se comprende la realidad de que nuestros pensamientos y nuestros deseos afectan a espacios y lugares inmensamente separados físicamente, pero no desde el punto de vista de que La Tierra está impregnada de lo que se denomina cuerpo etérico. En la Gran Invocación se hace referencias solapadamente a los centros de energía que representan Al Logos Planetario. La Humanidad o centro laríngeo y creador, La Jerarquía o centro cardíaco y de amor, y Shamballa Centro coronario que rige los destinos de este Planeta. Es meditando sobre ello, la forma en que un ser humano comienza a comprender que no está nunca solo. Que es parte infinitesimal y activa de esa Entidad, de quienes únicamente somos un punto de luz. Es el destino del ser humano. Trasmutarse en un punto de voluntad, amor e inteligencia que realiza su destino cuando llega de alguna forma por mínima que sea a experimentar o sentir esa unión.
Autor:Quintín García Muñoz
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