Narraciones Fantásticas

El trabajo de curación esotérica

El aprendiz de mago (16)

 

 

 

 

2. La técnica de segundo rayo.

Que descienda la energía curadora trayendo su doble línea de vida y su fuerza magnética. Que la viviente fuerza magnética se retire y complemente a la que está presente en la séptima, oponiendo el cuatro y el seis al tres y al siete, pero sin ocuparse del cinco. El vértice circular e incluyente -descendiendo hasta el punto- perturba, retira y luego suministra, y así se realiza el trabajo.

El corazón gira; dos corazones giran como uno; los doce en el vehículo, los doce en la cabeza y los doce sobre el plano del alma se esfuerzan, colaboran como uno, y así se realiza el trabajo. Dos energías logran su consumación y el tres, cuyo número es un doce, responde al doce mayor. La vida es conocida y los años prolongados.

Extraído del Tratado sobre los Siete Rayos (Tomo IV) Curación Esotérica.

Alice A. Bailey-Maestro Tibetano.

 

 

 

 

(del diario de un aprendiz de mago)

...Durante largos meses medité sobre la fórmula del Maestro Tibetano. Como ya era habitual, la respiración era, a mi modo de ver, el cincuenta por ciento del probable éxito de los efectos de la visualización. Paulatinamente las líneas que se dibujan en el espacio mental, toman forma gracias a la respiración en el espacio etérico. Esta materia, teóricamente corresponde a los cuatro niveles superiores en que se divide esotéricamente el plano físico que conocemos.  Tendríamos en primer lugar el plano de la tierra, o partes sólidas del cuerpo humano. En segundo lugar está el agua, o elementos líquidos del mismo (extensible a todo el plano físico de la Tierra), y más sutil que el agua es el aire, o aspecto gaseoso. Y ahí comienzan los cuatro niveles del plano etérico, hasta llegar al más alto que es el plano atómico.

Es decir que hay cuatro niveles de materia que es menos densa que el plano de los gases. A esa materia se le llama plano etérico dentro del plano físico.   Se que esta explicación es un poco abstrusa para quien no lo haya estudiado nunca, pero no hay otra forma de poder explicar por qué causa funciona la magia, si no es con un soporte material. Hay que recordar que El espíritu es materia en su grado más elevado y que la materia a su vez es espíritu en su nivel menos elevado. Bien, así podemos intentar comprender que la magia funciona porque siempre se está trabajando con materia en sus distintos niveles )

     Así pues, tal y como había mencionado anteriormente, al trazar un circulo encima de nosotros, a la vez que se inspira y expira, el dibujo mental va tomando consistencia hasta el punto de que es como si con un dedo imaginario escribiésemos en el espacio. Son ya muchos años, los que como aprendiz de mago he trabajado con la visualización, de tal forma que no podría decir, cuando la meditación produjo un cambio sustancial. El paso de la imaginación simple a la imaginación en que se pueden tocar las creaciones mentales.  Es como si de tanto practicar se formase un órgano etérico que es capaz de sentir algo así como si se escribiese con un punzón en un material líquido.

     Apreciado lector, comprendo que todo esto es como si rayase en la demencia, pero tal vez algún día puedas tengas la oportunidad de comprobar que esto es tan cierto a la mente como cuando tocas con tus manos un libro físico.

   La formula hablaba de tres corazones. Y así es. El primer corazón está a la altura de nuestro corazón, pero no donde las personas creen, sino que el centro cardíaco o loto de doce pétalos dorados del corazón está justo detrás de la espalda. Ahí pues tracé el primer círculo dorado que envolvía mi cuerpo. El segundo corazón es en la coronilla. Ahí está lo que llaman el loto de mil pétalos, pero lo más interesante para esta fórmula es que ahí hay otro loto de doce pétalos dorados que es por así decirlo otro centro cardíaco pero de nivel más elevado. Y el tercer corazón está en el loto egoico, o circulo que está a unos veinticinco centímetros por encima de la cabeza. También es conocido como el cuerpo causal o cuerpo del alma. Y este último loto encierra un punto de paz inmarcesible y de poder. Es como una especie de ojo que utiliza nuestro Padre en el Cielo, o Espíritu de quien nosotros somos una sombra o reflejo. Ese punto es el corazón en el loto.

     Así la fórmula es comprensible. Los tres círculos del corazón, de la cabeza y del loto egóico deben girar. Y hacer descender la chispa sanadora que procede del Alma. Llevar la chispa hasta el punto donde está la enfermedad, luego crear una especie de embudo que extraiga la materia enferma y por fin sustituir esa materia por materia sana.

    Este método es muy poco agresivo.

   En ocasiones, el espejismo y la ilusión me hicieron creer que sería capaz de conducir las energías sanadoras y conseguir casi un imposible. Secar los tumores cancerígenos. Pero tal vez, hacía tiempo que la muerte como aspecto liberador del alma humana, ya estaba designada.

    Sin embargo, en ningún momento perdí la esperanza, de que surtiese efecto, especialmente durante una semana que ocurrió lo siguiente.

    Tracé los círculos acompasado de mi respiración. Envolví a doña Isabel en ellos. Y luego, haciendo caso a una línea perdida entre los libros de AAB, el círculo de la coronilla giró al contrario del círculo del loto egoico a  veinticinco centímetros de la misma.

   Tenía pues, dos círculos dorados que envolvían a la enferma, y un tercer círculo que giraba en dirección contraria. Da la impresión de que esto tiene que ver con las propiedades de la electricidad.

   Bien. El hecho de girar un círculo en un sentido y otro en otro es como si creara una especie de túnel o espacio neutro. No sé de que forma se puede explicar. O también un espacio vacío. Y durante casi una semana, es como si al llamado que hice hacia su Alma, descendiese alguien como de color azul y blanco (quizás era un espejismo, pues a pesar de tanto milagro, siempre dudo de lo que pueda ver). Fue una sensación extraña y hasta cierto punto real.  Había rogado a alguien, y algo había descendido trayendo, paz como mínimo a aquel alma asediada por el dolor, el sufrimiento y la desesperación.

    En otra ocasión, esa misma fórmula de los círculos girando en sentido contrario, hizo descender una chispa de color azul eléctrico.

   Estimado, lector, cuando escribo estas cosas, yo que soy una persona que solamente ha leído libros espirituales pero donde no se habla de nada fenoménico, me siento como un personaje de Julio Verne que ha ido dejando trazos en las paredes de las grutas que llevan al centro de la Tierra.

     Sé que no me invento las cosas. Que en el plano mental, todo esto ha ocurrido. Y que tal vez algún día, habrá alguien que reconozca todas estas señales y que pueda confirmar que la materia mental existe y que podemos utilizarla para intentar hacer el bien a nuestros semejantes. Mientras tanto, todas estas líneas y experiencias dejarán a muchos fríos, y a otros dubitativos, pero para aquel que comience a trabajar con el poder mental, serán una pequeña guía.

 

Texto e ilustraciones de Quintín García Muñoz

 

 

   

 

 

 

   

 

 

Revista Alcorac

 

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