APUNTES SOBRE ZUERA

 

Pascual Banzo Benesenes.



Héroes

Cuando se era niño casi todos los que se acercaban a los catorce años infundían un cierto respeto, y más si de vez en cuando su nombre estaba entre los más traviesos e implicados en distintos incidentes.


Como padre, nadie desearía que sus hijos fuesen cierta clase de héroes, como aquellos que arriesgaban el tipo delante de la vaquilla, recortando los pitones afilados, o portando un roscadero. Reconozco que estando en la plaza de toros, en la galera de alguien conocido, sufría por los mozos que salían a la plaza; su valor les otorgaba cierto halo de admiración y heroicidad. Los pequeños no entendíamos si lo hacían verdaderamente conscientes del peligro. Sólo apreciábamos su atrevimiento y osadía. La segunda clase de héroes se encontraban subidos a la pilastra del puente. Los más valientes se lanzaban al agua que pasaba poderosa entre los tres primeros arcos del puente sobre el río Gállego. Había incluso alguno que, caminando por la carretera, se subía a lo más alto del pretil y se lanzaba. Lo vi en una ocasión. Creo recordar quién era, aunque su apellido no pertenecía a los famosos del pueblo. También eran admirados y temidos por los niños los que llevaban los cabezudos. Según quién había debajo, había que tener mucho cuidado. El payaso pesaba menos y era el que más corría.


Para mí, los mayores héroes eran los futbolistas del Zuera. En la historia del equipo hay jugadores legendarios que no he tenido la suerte de verlos en el campo de fútbol, pero realmente admiraba a todos.


Algunos pasarían a jugar al Aragón, otros anteriores a ellos jugaron en tercera división, cuando esta división era realmente la siguiente a segunda.


Recién acabada mi etapa de juvenil, tuve el honor de ser parte de la historia del club durante unos meses, pero era demasiado joven, y la regional era una categoría donde la gente era muy recia y en ocasiones excesivamente dura. El lema de algunos defensas era: “o pasa el balón o pasa el hombre, los dos no”.


El simple hecho de saltar al terreno de juego cuando los espectadores se apiñaban apoyados en las barandillas, y pisar el campo de tierra recién preparado y marcado me ponía nervioso. Las piernas parecían pesar el doble que en los entrenamientos. Así pues, todavía eran más de admirar todos los jugadores que han defendido, defienden y defenderán el escudo del pueblo.


Sí que me gustaría hacer un homenaje a una jugada que se me quedó grabada. Era un jugador con un enorme pundonor y que sin duda alguna llevaba con gran dignidad el brazalete de capitán. A. cogió el balón en la defensa y se regateó a todo el que se puso en su camino; ya estaba delante del portero, sólo tenía que chutar, pero las fuerzas no le aguantaron y cuando fue a meter gol se derrumbó. Los espectadores aplaudieron.

Pascual Oliván Lamola

Varios premios a la combatividad como el Premio Combatividad 1966 Palma de Mallorca
- Campeón Trofeo Danone 1966
- Trofeo Boby Ros 1966
- Campeón Guante de Oro 1967

- Trofeo Joson 1967

- Campeón Trofeo Joyería Tanin año 1967

- Subcampeón Cataluña 1967

- Campeón Cataluña 1967

ADEMÁS
- Presidente del CD Zuera (1983).
- Presidente de la Peña Taurina Arte y Trapío (1999-2005).
- Promotor de Boxeo, Zuera Ring, Box-Zuera

 

 

 

En las fiestas de San Licer venían al campo de fútbol atletas de renombre. Mariano Haro fue uno de ellos. Todavía me parece sentir las pisadas de los corredores cuando pasaban por nuestro lado.


Hubo en aquella época dos corredores del pueblo que lo hacían con enorme ilusión aunque no les acompañasen los resultados, J. y B.

 

 

También se organizaron varios combates de boxeo; imagino que sería debido a que un joven del pueblo, Pascual Oliván, era boxeador.

 

Por incomprensible que parezca en el 2017, el boxeo era un deporte de masas, en cuanto a espectadores. Fue una época dorada, y España llegó a tener campeones de Europa y del mundo, y en la televisión se seguían con enorme interés los combates con el título en juego. Me vienen a la memoria: Legrá, Velazquez, Carrasco, Urtain y el famoso aragonés Perico.

 

 


Respecto al atleta más grande que ha tenido Zuera, algunas tardes se le veía en el campo de fútbol lanzando el disco. En los años sesenta y setenta el deporte no era lo que actualmente es. No se comprendía el interés de alguien del pueblo por el atletismo. Eran tiempos difíciles. Más de uno ironizaba sobre los pioneros del deporte. El historial de Pascual Banzo es extraordinario: Fue campeón de Aragón de tiro de barra con 17 metros en 1979, y como atleta, lanzador de disco, fue seis años campeón de España absoluto y durante ocho años ostentó el récord de España con 54,80 metros. Mantiene todavía imbatido el récord de Aragón de lanzamiento de disco con 52,12 metros. Por si fuese poco, como jotero consiguió varios premios: En 1974 obtuvo el segundo premio en el certamen oficial de jota y el primer premio El Cachirulo. Y en 1975 consiguió el primer premio en el certamen oficial de jota. Actualmente todavía enseña canto y lleva algunos grupos.


 

 

Me permito un pequeño apunte que no aparece en el libro y que escribo en 2021.

 

Cuando somos niños, jóvenes, incluso un tanto adultos, nos parece que las cosas permanecerán eternamente. Y cuando llegamos a los sesenta años y comenzamos a ver desaparecer el mundo, en este caso el pueblo que nos impactó, nos damos cuenta de que ya no está. De que vas a aquel lugar mágico que en nuestra memoria son las calles y las gentes que iban y venían de un lado a otro, y ya no están.

 

En nuestra imaginación y memoría todavía permanecen, todavía los vemos caminar en grupos de amigos, en las fiestas del pueblo. Todavía recuerdo perfectamente que miraba el boxeo desde los porches de la plaza España, y siento el nerviosismo. Todavía recuerdo el campo de fútbol con esa sensación de nervios, y todavía recuerdo a Banzo entrenar con el disco...

 

Pero... aquí están esos recuerdos, en esta sencilla página web que casualmente algún vecino de Zuera visita. Y sigo sintiendo agradecimiento a aquellos héroes que configuraron la historia del pueblo y la historia de nuestras propias vidas. Gracias.



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APUNTES SOBRE ZUERA

 

 

 

 

 

 

 

 

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