ZUERA
Zuera. En el salón.
Fue a principios de 1958 cuando comencé a vivir en Zuera. Se podría decir que también nací, pues no conservo imágenes anteriores a esa edad. Por lo tanto, en lo que respecta a mi propia consciencia, así fue.
Lo siguiente que surge más nítidamente de las profundidades del pasado es la habitación donde jugaba. Parece lógico, pues nada había tan importante para mí como los juguetes que tenía. Un pequeño tranvía, un camión con unas botellitas de butano y varios caballos con sus vaqueros-pistoleros.
En ocasiones, mi vecino y amigo J. M. me decía que había unas cajas de muerto; si iba a su casa, subía disparado las escaleras y no me atrevía a mirar las oscuridades que provenían de un largo pasillo. La casa también tenía el cometido de recoger a algún accidentado, tal y como ocurrió con cinco americanos que fallecieron al chocar su coche contra uno de los árboles de la carretera. Mi
madre quedó impactada durante muchos meses después de
contemplar a través de la ventana cómo los introducían
en el hospital. Uno de ellos todavía llevaba una chaqueta en
un brazo.
Texto e ilustraciones: Quintín García Muñoz
(Una novela de Xavier Penelas, Juan Ramón González Ortiz y Quintín García Muñoz)
NOVEDAD: LA CLAVE OCULTA DEL NUEVO TESTAMENTO (XAVIER PENELAS)
Ensayo Poesía
Novela
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JUVENILES
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