Los tres cristales
Enigma
La vida está
llena de piedras preciosas, pero solamente tres utilizarás
en tu trabajo sobre lo intangible.
Las restantes están más allá de tus más
recónditos sueños.
Los niños juegan intensamente,
su inocente corazón es su
mayor tesoro.
Inexorablemente se harán mayores, pero la fuerza de sus sueños
es el poder que podrás utilizar.
Inocencia, belleza, bondad, fuerza…
Los Dioses, las naciones, las ciudades, los pueblos, los hombres…Todos
los seres vivos necesitan la luz, pero caen en la oscuridad, e inexorablemente
su cultura se derrumba.
A la oscuridad le sigue la luz, no temas pues ante el trabajo que
te espera.
Los dioses sostienen a las estrellas,
Las estrellas a los planetas,
Los planetas a las naciones,
Las naciones a las ciudades,
Las ciudades a los pueblos,
Los pueblos a sus habitantes.
Siempre hay una luz mayor que ilumina
las oscuridades menores.
La torre cuadrangular observa silenciosa el paso de los diminutos
humanos.
Sus números son principalmente
el 4 y el 8
Los símbolos que la adornan son incomprensibles para los humanos
corrientes,
cosa de supersticiosos y místicos, en definitiva, nada científicos
según ellos.
El número 8 es el signo del infinito. Tal vez superior al círculo,
porque la energía no es unidireccional, y nunca se agota. Al
contrario, aumenta su velocidad y poder.
A través de tu mente y de tu corazón,
deberá pasar la fuerza que colma los
dos pétalos de tal símbolo.
Una línea vertical conecta dos puntos,
arriba y abajo.
Sobre tu corazón,
Ama lo superior y
Ruega a los dioses.
Sobre tu mente
Ama la invisible
Sabiduría eterna
Sabiduría,
Prudencia,
Raciocinio,
Unidad,
Levedad,
Todos juntos conducen a la Lux.
Del centro del símbolo
Nacen tres cristales.
Uno impregnado de luz,
Dos, rebosante de amor,
Tres, cubierto de sabiduría.
La luz ilumina,
El amor une el mundo intermedio y el inferior,
La sabiduría vierte, sobre el intermedio, la voluntad de Dios.
Luz, Amor y Sabiduría,
tres energías,
tres cristales.
Tres torres circulares,
abandonadas por sus abanderados,
conforman el triángulo de energías
Luz, Amor y Sabiduría
o
Luz, Amor y Voluntad de nuestro Señor.
En la oscuridad, nadie se acuerda de los divinos seres.
El exceso es la tónica dominante,
y lo más terrible, el orgullo obnubila a los humanos, que desechan
el amor a lo divino. Prefirieren ser amos en el infierno que humildes
servidores en el cielo.
Un báculo sostenido por una mano
perfora la oscuridad y quema a los hijos del averno.
La luz dinámica orada el mineral oscuro impregnado de ignorancia,
Se hace la luz, nace un cristal que desciende sobre la primera cripta.
Los futuros humanos, después de sufrir las consecuencias de
sus necedades, volverán sus ojos hacia la luz que ilumina los
caminos.
El báculo terminado en cristal
Toca el centro y el número 8
Palpita
La luz cálida desciende sobre la segunda cripta. El cristal
retiene el calor del corazón esperando que los fieles desperdigados
reciban de nuevo el amor.
Tres energías, tres niveles, tres centros, tres cristales,
tres criptas.
El fuego del cielo quema el fuego del averno.
La cripta de la sabiduría recibe el tercer fuego silencioso.
Es el menos conocido, pero mantiene los otros dos fuegos.
El lugar en el que reside es ciertamente irreconocible por su simpleza
y humildad.
Las palabras que surgen del corazón llevan el fuego de la vida.
Múltiples infinitos y múltiples ochos reconstruyen la
trama.
Desde el punto de luz en la mente de Dios, que afluya luz a los hombres.
Que la luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de amor en el corazón de Dios, que afluya amor
a los corazones de los hombres.
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida, que el propósito
guíe las pequeñas voluntades de los hombres. Propósito
que los maestros conocen y sirven.
Pon en orden el desorden de estas frases,
construye según debe ser,
y la obra será reconstruida.