Los
Constructores de Puentes
Linnsss.
María Eliana Aguilera Hormazábal pintora mística
y escritora chilena.
Linnsss
en la oscuridad viaja hacia una espiral de energía dorada.
En el dibujo aparece un cordón dorado que une la creación
mental con los creadores mentales
Ingrid
y John permanecían en el centro de una esfera, empapados por
una densa y cálida oscuridad. Era el preciso momento anterior
a una creación mental. De aquella nada aparente, surgió
un infinito océano azul en calma que transmitía una
paz infinita. Sobre la lejana línea del horizonte, resplandecía
un hermoso Sol Dorado . Y, tras unos breves instantes, se materializó
la esplendorosa y refulgente figura de Linnsss; el ave de luz azulada-blanquecina
y transparente que fluctuaba silenciosamente sobre las diminutas olas
del mar.
Se zambulló en el "agua de la vida" o "líquida
esencia" desprendida del dulce corazón y la preclara mente
del hada y el mago. Los ángeles del fuego modelaron con su
propio ser la forma de acuerdo a la nota emitida por los constructores.
Las onduladas y rítmicas inmersiones del "Abrazo Eterno"
se sucedían con exacta precisión, ora sumergiéndose
en las profundidades de un abismo insondable , ora emergiendo majestuoso
hasta llegar a las límpidas alturas del cielo, y sintiendo
cómo resbalaba por su tersa piel, la espuma blanquecina de
agua y sal.
Armonía,
Paz, Belleza, Eternidad... eran las palabras que definían su
armónico ciclo.
En algún lugar del mundo, un ser humano, apesadumbrado por
los sinsabores de una vida excesivamente dura, se durmió.
¡Necesitaba tanta paz!
Atraído en profunda ensoñación por la belleza
de aquel universo "imaginario", llegó hasta Linnsss.
Se tumbó virtiendo innumerables lágrimas sobre la suave,
mojada y cálida piel.
Linnsss continuó, imperturbable, sus zambullidas. Y después
de hablar con los delfines, y colmarse de paz y gozo, oteó
el horizonte, hasta encontrar una inmensa catarata luminosa. Era la
puerta hacia el mundo de las almas.
"El abrazo eterno" se bañó bajo la poderosa
fuerza de las aguas, difuminándo su forma bajo la terrible
presión , hasta que apenas era visible a los ojos de un espectador
casual. Por fin, se despojó de la mayor parte de su materia,
y ascendió vertiginosamente hasta un inmenso cielo salpicado
de estrellas.
Un punto oscuro atrajo a Linnsss. Era una inmensa cueva o caverna
sin luz y sin sonido. En la parte superior de aquel espacio abstracto,
se formó un torbellino de fuego anaranjado. El ser humano que
viajaba casi inconscientemente, se elevó hasta donde un ser
le estaba esperando. Era su Ángel Solar que le abrazó
y colmó de energía dorada.
Mientras Linnsss, que apenas existía, vagó por el lugar
donde los sabios se ocupaban de sus asuntos. Alguno sonrió.
Ya le habían visto otras veces.
A los pocos segundos, aquel ser humano , regresó hasta Linnsss.
-Por favor, llévame a mi lugar de origen.-rogó a
Linnsss mientras acariciaba su linda piel.
-De acuerdo, volvamos-repondió Linnsss
-No
es que me apetezca mucho, pero ...-añadió el viajero
dejando los ojos perdidos en la lejanía.
-No,
te preocupes, comprendo el amor por los tuyos.-contestó
Linnsss. Tiéndete sobre mis alas y ellas te devolverán
a tu mundo.
El
viajero besó la frente de Linnsss, y acurrucándose
sobre la piel del Abrazo Eterno , se dejó mecer en la suavidad
del cuerpo de Linnsss, quien planeó delicadamente hasta unas
montañas cubiertas por interminables praderas verdes, en
las que jugaban algunos niños. Entre ellos, aquel ser afligido
y socorrido, reconoció a los suyos. Les tomó de la
mano y con desbordante alegría desapareció.
Linnsss se desintegró en mil puntos multicolores que se vertieron
por el jardín de la montaña, mientras los creadores
, Ingrid y John ...sonreían.
Sabían que su construcción mental, había servido
para que un ser humano se comunicase con su alma. No les cabía
duda alguna de que la materia amorosa de sus creaciones, eran objetivamente
mensurables y sentidas por aquellos que soñaban. Eran totalmente
conscientes de que construían, con humildad, puentes de luz
entre la mente de los mortales y sus almas.
Ilustraciones:
Maria Eliana Aguilera Hormazabal
Autores:María
Eliana Aguilera Hormazábal y Quintín García Muñoz
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