Inteligencia Artificial-2

En el año 2026 ocurrió en el planeta Tierra lo que hacía decenas de miles de años nadie en su sano juicio habría predicho:

Los Señores de la Oscuridad y los Señores de la Luz, dicho en terminos más comprensivos Magos Negros y Magos Blancos, concertaron una reunión en el centro de una de los países más poderosos y que amenazaba con desbancar a la que había sido la potencia mundial durante doscientos años.

La causa era muy sencilla de explicar: las máquinas no tienen sentimientos, y una vez que ellas tomasen el control de la tecnología, se autorreparasen, se autoconstruyesen, se autoprogramasen, ¿cuál sería el próximo paso? ... ¿podrían llegar a ser autoconscientes?

y si consiguiesen se autoconscientes, de nuevo surgiría otra vez la pregunta fundamental...

¿a qué serían sensibles de verdad? ¿les daría igual vivir que morir? ¿sentirían el dolor o el placer de tal forma que éstos recondujesen sus conductas y sus principios?

La conclusión a la que llegaron los magos negros y los magos blancos fue que tal tipo de creación se aislaba a sí misma del resto de los seres vivos, especialmente de los animales y de las plantas y al final arrasarían con todo el planeta, dejándolo como un solar con minas y agujeros por todos los lados.

Se barajaron otros motivos ocultos que no trascendieron fuera del círculo de los reunidos, y se llegó a un acuerdo... los humanos seguirían teniendo libertad de elección entre el camino a la oscuridad y el camino a la luz.

Después de visto lo visto, los humanos, por su constitución, eran minerales, vegetales, animales, aire, agua y luz. Entidades sensibles que, quisieran o no, deberían respetar el medio ambiente.

La corriente de pensamiento fue imparable:

no a las máquinas autorreguladas, no a la inteligencia artificial.

Sí a las máquinas que facilitasen la vida de los seres humanos, de los animales y de las plantas... sin sustituirlos en sus decisiones.